
Los hábitos perjudiciales se crean y se refuerzan mediante el ciclo del hábito. En primer lugar, hay un detonante que motiva a iniciar una conducta indeseada. Por ejemplo, puede que estés estresado y decidas pasarte una hora vagando por Facebook o comerte una bolsa entera de Doritos. El detonante es lo que hace que esa idea se instale en tu cabeza. El segundo paso es la puesta en práctica de la conducta en sí misma. Tu cerebro dice: "Pues claro que sí, te mereces una bolsa de Doritos", y acabas sucumbiendo.
Si lo piensas bien, llegarás al fondo de la cuestión. Por ejemplo, puede que te pongan muchas multas por exceso de velocidad y te des cuenta de que conduces demasiado rápido cuando sales del trabajo de mal humor, o puede que piques entre horas cuando estás estresado. Hacer un poco de introspección para descubrir el detonante del hábito que estás intentando dejar es lo que hace posible que acabes con él.
Los 10 primeros días son claves para identificar la fuente del hábito, así que hay que prestar atención. La autoconciencia es crítica para la inteligencia emocional, y la introspección sirve para muchas más cosas aparte de para ayudarte a dejar un mal hábito.
Vía: Huffingtonpost.com/dr-travis-bradberry/