Aumentar tu valor propio como persona es posible

"Aumentar tu valor propio como persona es posible"Los infantes nacen sabiendo su valor propio, pero mientras la vida va avanzando, los comentarios, las expectativas y las actitudes de otras personas pueden aumentar o disminuir su sentido natural de valor propio. El valor propio es lo que nos permite creer que somos capaces de hacer lo mejor con nuestros talentos, de contribuir bien en la sociedad y de que merecemos tener una vida muy satisfactoria y plena. Formarla de nuevo es natural, esencial y saludable.

Presenta una mentalidad correcta

Tenemos que entender el poder de la actitud y de la visión que uno tiene de uno mismo
La forma en que te percibes, la forma en que hablas de ti mismo y la forma en que te representas con el tiempo se vuelven tu propia realidad. Y si te sacrificas, menosprecias tu valor y minimizas tus talentos ante los demás, podrías llegar a borrarte, tener baja autoestima y pasar a ser parte del tapiz de la pared. Eso no es humildad, es negarse a sí mismo en un intento de disminuir la presencia.

  • Por otro lado, si exageras tus cualidades, talentos y habilidades, puedes volverte egoísta y arrogante, pero usualmente no te estimarás demasiado ni aumentarás tu valor propio, sino que te engañarás a ti mismo y esconderás tu inseguridad. 
  • Hay un camino intermedio, que es el que te reconoce y celebra el hecho de que eres una persona valiosa, igual que los demás y que tus talentos son únicos y valiosos. Llegar hasta esta creencia puede ser difícil si has pasado años subestimando tu valor, pero es posible cambiar tus pensamientos y aprender a valorarte.
Aprende a sobreponerte al miedo del amor propio

El amor propio usualmente es igualado con el narcicismo, egoísmo y en algunos casos de un viaje de ida a la introversión. Esto es probablemente en parte porque a veces es difícil lidiar con la palabra amor (tiene que cubrir muchos territorios para diferentes tipos de amor que existen).

También es confuso lo que la gente siente acerca del mensaje de hacer el bien a los demás, de siempre ser caritativo y de siempre dar, dar, dar y dar de uno mismo. Mientras estas son nobles intenciones, muy seguido pueden ser sacadas de proporción y pueden ser usadas para subestimar las necesidades de uno mismo y los deseos de uno mismo en pro de esos otros y de tener miedo a ser percibido como egoísta o como introvertido. Te lo reiteramos, es una cuestión del equilibrio correcto.


  • El amor propio saludable consiste en ser tu mejor amigo. El amor propio se expresa no solo a través de la preocupación por tu propia apariencia todo el día y de constantemente anunciar lo grandioso que eres (esos son signos de intensa inseguridad). En todo caso, el amor propio consiste en tratarte a ti mismo con el mismo cuidado, tolerancia, generosidad y compasión con la que tratarías a un amigo especial.
  • Evita exagerar lo que piensas sobre cómo te ve la gente: ¿te ayuda capitular lo que piensa sobre ti? Solo tú te puedes dar el empuje que necesita tu autoestima.
  • El amor propio titubea cuando caemos en el terreno de las adicciones. El alcoholismo, la drogadicción, la adicción a Internet y otras adicciones similares son un signo de que estás profundamente herido y de que no quieres encararlo con las oportunidades que se te presentan al trabajar a través de tu dolor.


Confía en tus propios sentimientos

El valor propio requiere de que aprendas a escuchar y a confiar en tus propios sentimientos y no de responder automáticamente a los sentimientos de los demás. Los que están alrededor de ti establecen que tu responderás a lo que ellos quieren, empiezan a carecer de cualquier incentivo para no hacer uso de tu sensibilidad y eso establece una obligación para ti que puede ser difícil de romper (pero que debes hacer). 

Si confías en tus propios sentimientos, te darás cuenta de si alguien te pide algo que es demasiado para ti, que no te hace sentirte bien y empezarás a responder a lo que es mejor para ti o para ambos más que lo que es mejor para todos excepto para ti.

  • El valor propio se desploma cuando dejamos que los demás decidan por nosotros. Inicialmente puede parecer como una ruta fácil que te permite tomas decisiones difíciles, pero al final, se transforma en la ruta más difícil, porque siempre tendrás que estar encarcelado en lo que los demás decidan por ti. Y después, si la gente que decide por ti desaparece de tu vida, te habrán dejado solo e indeciso. Esto es algo muy destructivo y es mejor que te prepares para decidir por ti mismo.

Analízate

Muchos de nosotros vivimos en una cultura que le encanta convencer a todos que alguien tiene que analizarlos. A menos que tengas un desorden serio, una gran variedad de falta de certeza y una falta de propósito son dos cosas que no necesitan ser analizadas por alguien más. 

Tú debes analizarlas para reconocer cuándo te subestimas y cuando no estás cambiando lo suficiente para adaptarte a las situaciones reales. A continuación te presentaremos algunas preguntas que puedes hacerte para analizarte:

  • ¿Qué experiencia tengo? ¿Qué ha hecho esta experiencia para formar mi crecimiento?
  • ¿Cuáles son mis talentos? Enumera al menos cinco.
  • ¿Cuáles son mis habilidades? Recuerda que los talentos son innatos, las habilidades necesitan practicarse para poder perfeccionarlas.
  • ¿Cuáles son mis puntos fuertes? Deja de enfocarte en tus debilidades, probablemente lo has hecho demasiado tiempo. Empieza a mirar cuáles son tus habilidades y empieza a pensar cómo puedes sacar el mayor provecho a las cosas que has escogido hacer.
  • ¿Qué quiero hacer con mi vida? ¿Lo estoy haciendo? ¿Y si no, por qué no?
  • ¿Me siento feliz con mi salud? ¿Si no, porque no? ¿Qué puedo hacer para llegar al bienestar en vez de vivir en la enfermedad?
  • ¿Qué me hace sentir insatisfecho? ¿Estoy trabajando en ello o estoy ocupado trabajando en la plenitud de alguien más?

Deja de condicionar tu valor propio en base a los demás

Si empiezas a vivir tratando de dar la talla a la imagen que los demás tienen de ti, empezarás a perder valor. Más bien, seguirás el compás establecido por las expectativas de los demás, incluso si esas expectativas no son claramente definidas. 

Desafortunadamente, mucha gente vive de este modo, incluyendo elecciones como que carrera elegir, dónde vivir, cuántos hijos tener, todo basado en las expectativas de los padres, esposos, amigos y el medio, y principalmente porque tienen miedo de luchar por sus propias preferencias y respetar su valor propio.


  • Cuidado con escuchar demasiado a la gente que se la pasa quejándose de las elecciones que han hecho en la vida y que desean infligir su estrés o ira ante este enojo o rencor de la vida (especialmente en la siguiente generación). Esa gente no iluminará tu camino ni te llevará un mejor valor de ti mismo, sino que al contrario, tratará de vivir lo que no vivió a través de ti o tratará que tengas las mismas experiencias horribles que tuvo dándote poca información, datos incorrectos o simplemente omitiendo información en general.
  • Las personas con valor propio compartirán sus experiencias y el mensaje contigo y estarán deseosos de guiarte a través de las trampas de la vida. Busca a esas personas para que te dirijan en vez de ser guiado por gente que no es feliz y que no te llevará a un lugar feliz.

Repítete que importas

Los autodiscursos inspiradores son grandiosos, afirman tu valor abiertamente y son excelentes para empezar a cambiar todo el discurso negativo interior que puedas haber desarrollado en todo este tiempo. Establece tiempos durante el día para recordarte que eres una gran persona. Dite a ti mismo que eres especial, maravilloso, adorable y amable.
  • Hablar en positivo no es la única solución, pero es parte de un rango de métodos para mejorar y para que con el tiempo te des cuenta de que importas tanto como todas las personas a tu alrededor.

Pruébate a ti mismo que importas

Uno de los problemas con las afirmaciones positivas es que se cree que las afirmaciones resolverán mágicamente todo y de que son lo único necesario para mejorar el valor propio. Si así fuera, sería muy fácil construir la autoestima. La realidad es un poco diferente y si bien es importante usar diálogos positivos sobre ti mismo, también es importante actuar para desarrollar tu sentido de valor propio. Esto es algo que alcanzarás al reconocer y aceptar tus responsabilidades.
  • La responsabilidad consiste en asimilar el hecho de que tienes el control de tu actitud, tus reacciones y tu valor propio. Como cierta vez dijo Eleanor Roosevelt: “Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”. Ese es el punto crucial del valor propio: permitir que los demás y las circunstancias bajen tu autoestima siempre te mantendrá estancado.
  • Acepta la responsabilidad por tus circunstancias. Toma la decisión de hacer algo al respecto. Aunque los demás parezcan obstaculizar tu camino, sobreponte. No renuncies.

Perdónate

La responsabilidad también requiere que renuncies a la posibilidad de culpar algo que puede ser un recurso para solucionar las cosas. La culpa alivia la necesidad de curarte a ti mismo y de cambiar tu propia conducta. Si bien parece la opción más sencilla a veces, también es algo que te dejará atorado en el tiempo, y atorarse con sentimientos negativos, lo que es peor que todo, te dejará sintiéndote desprotegido y desvalido. La culpa implica que otra cosa o persona tiene el poder que careces y si eso no es renunciar, ¿entonces qué es?
  • No culpes a tus familiares, gobiernos o a tus vecinos. ¿Ellos qué tienen que ver con esa materia pensante que hay dentro de tu cabeza? Quizá ya te la hayan puesto difícil, pero si no lo usas como excusa para reducir tu valor propio, todo puede mejorar. Evita ser un mártir. La responsabilidad para seguir adelante es fuerte y la única persona que puede lograrlo eres tú.

Trabaja en tu resistencia 

La gente resistente tiene la fuerza emocional para pasar a través de las dificultades de la vida sin caer. No es una cuestión de menospreciar las dificultades y los retos de la vida (siguen siendo muy reales), sino de cómo reaccionas y te sobrepones a ellos. Siempre tendrás la opción de humillarte o siempre recordarte lo que vales y mantenerte firme en esa resolución.
  • Enfoca tu energía sobre lo que necesitas hacer para cambiar la situación o las circunstancias. Date cuenta de que los demás han estado atrapados en las circunstancias también y que estas no necesariamente dirigieron su resultado.

Deshazte del hábito de tratar de complacer a los demás todo el tiempo

Esto es imposible e incluso la gente que trata de complacer a no le agrada a algunos, particularmente a los que tienen un alto valor de sí mismos y que encuentran esa conductas digna de vergüenza. Cuando dejes de tratar de complacer a todo el mundo, tus deseos saldrán a flote y podrás empezar a encargarte de tu propia felicidad y autoestima. ¡Excelente!
  • Expresa tus sentimientos, no los reprimas. Al hacerlo, respeta los sentimientos de los demás, pero no te ates a ellos. A algunos no les gustará que seas independiente y no tiene nada de malo. Si todos hiciéramos lo mismo, el mundo no tendría rumbo. Primero encárgate de ti mismo y luego ayuda a los demás a ser más felices (¡porque aparentemente no pueden hacerlo por su cuenta!).

Aprovecha las oportunidades

Las oportunidades se presentan de muchos modos. Tomarlas es otra cosa y no muchos somos proclives a hacerlo. Parte de construir la autoestima se trata de aprender a reconocer las oportunidades, ya sean pequeñas o grandes, y trabajar con ellas. A veces se requiere mucha paciencia; otras veces, mucha compostura y menos ambición. Cualquiera que sea el caso, toma las oportunidades que la vida te ofrece y sácales el mayor provecho porque lo mereces.
  • Convierte los desafíos en oportunidades. La gente exitosa tiende a cambiar los retos en oportunidades. ¿Puedes practicar este estilo de pensamiento también? Inténtalo en las cosas más pequeñas primero y empieza a cambiar tu lenguaje eliminando las palabras negativas y usando palabras que reflejen todo un sentido y un propósito, dirección y enfoque. No te vayas al extremo y pienses que todo puede ser color de rosa, la vida aún tiene sus espinas y sus tragedias, y lo que se necesita es un enfoque realista seguido de una determinación para seguir esforzándose por lo mejor.

Haz un presupuesto de tu dinero 

Sea lo que sea que hagas con tu dinero, siempre ten un presupuesto. Así sabrás qué hacer con él. El valor propio suele estar estrechamente vinculado a la situación financiera. Deberás evaluar cuidadosamente todas las oportunidades financieras que surjan en tu camino, no las ignores ni las rechaces sin más.
  • Los ahorros para la jubilación, las inversiones y los ahorros en general te ayudarán a tener una vida saludable y libertad económica, la cual te dará el espacio para construir tu valor propio lejos de las presiones financieras.

Valórate sea cual sea tu trabajo y tus ganancias 

Despreciar tu trabajo por su valor en términos tangibles es una trampa que uno mismo se pone. Este paso se trata de dinero directamente. En las sociedades que tienden a valorar a la gente por lo que gana más que por lo que es, hay un gran riesgo de menospreciarla solo porque se la mide según sus ganancias y el prestigio del trabajo. 

Si alguna vez te pillas diciendo: “Solo soy un…” en respuesta a la pregunta “¿En qué trabajas?”, quiere decir que sufres un déficit de valor propio. No eres cualquier cosa, tú eres tú, una persona única, valiosa y maravillosa que importa. Si igualas el valor propio con hacer algo que sea reconocido por un ingreso monetario o por una escala social de riqueza y sientes que no lo vas a alcanzar, entonces puedes fácilmente perder tu valor propio.


Valora tu tiempo

Además de menospreciarte por el trabajo que tienes o de las ganancias que obtienes de él, también está cómo usas tu tiempo. Si vas a trabajar en algún voluntariado o en algún trabajo de apoyo mal pagado que consume todo tu tiempo más allá de lo que puedes utilizar y descuidas otras partes de tu vida como tu trabajo, tu familia o asegurar que tu vida vaya tranquilamente, entonces quizá estés atrapado en una competencia de sistema de valores.
  • El primer sistema de valores es aquel que nos dice que debemos ser voluntarios o contribuir al servicio de la comunidad para los necesitados, porque es noble y porque es esencial para nuestro bienestar. El siguiente sistema de valores es aquel que nos recompensa por saber nuestro valor propio y por esperar una buena compensación para con la sociedad.
  • Estos dos valores crean una tensión para mucha gente bien intencionada que quiere dar, pero que se encuentra a sí misma atrapada en los retos de falta de tiempo, dinero y cierta ineptitud por hacer malabares de la vida. Por último, si te sientes estresado, infravalorado y si no eres adecuadamente recompensado, tu balance de esos dos valores se habrá perdido y habrás reducido tu valor propio.
  • Al final esto nos llevará a algo de lo siguiente: estar enfermo, explotar e irse de mala gana, quejarse por todo el tiempo que se pierde o perpetuar un balance negativo y poco saludable que no solo te impacta a ti, sino que sirve como mal ejemplo para tus hijos, amigos y otras personas que te observan. Cuando sientas la necesidad de menospreciar tus talentos y habilidades y darlos libremente o a bajo costo, es una llamada de atención para recuperar tu tiempo y para empezar a valorarte un poco más.

Evalúa el equilibrio entre el tiempo que le das a los demás y cómo necesitas usar el tiempo en tu propia vida

¿Podrías dedicar más tiempo con tu familia o amigos? Si la respuesta es sí, entonces date cuenta de que tu riqueza reside en mantener ese tiempo para ti mismo y para aquellos que amas y reducir la cantidad de tiempo que les das a los demás.
  • No significa que tengas que renunciar a ayudar completamente, pero necesitas poner el servicio a la comunidad o los compromisos para ayudar a los otros en perspectiva. A fin de cuentas, tú importas más que nada.

Sigue adelante 

Mantente enfocado en tu valor propio como una parte importante de lo que te hace ser un ser completo. Haz tiempo de manera regular para revisar tu progreso al construir tu valor propio y sé paciente. Toma tiempo cambiar todo ese discurso negativo interior y todo ese ponerte al final. Si tu manera de interactuar con los demás se ha basado en eliminarte tanto como sea posible, necesitarás mucho valor para hacer los cambios necesarios.
  • Habrá algunos que considerarán confrontadora tu nueva imagen más asertiva . No dejes que eso te preocupe, porque se trata de tu travesía en la vida y no la de ellos. Tú buscas ganarte respeto, algo que la gente que complace a los demás difícilmente tiene.

Vive el presente 

El pasado ha dejado para ti lecciones que has aprendido, pero ya se fue, así que déjalo detrás de ti. El único momento realmente importante es el ahora. Después de todo, es el único momento que es. Nada es seguro y si este momento no es el que quieres que sea, haz que el próximo sí.
  • Ten una libreta donde apuntes todos tus logros. Cada vez que te sientas tentado a decirte cosas negativas sobre ti mismo o a lamentarte, observa que no vas a ninguna parte, hazte una taza de café, siéntate cómodamente y toma la libreta y léela. ¿Puedes actualizarla con algún logro nuevo mientras la lees?
  • Compite solo contigo mismo, no con los demás. Esos logros son lo que haces y lo que te hacen sentir, no la manera en que los demás los perciben o lo que otros han hecho.


Consejos 
  • Cuidado con decir perogrulladas en vez de afirmaciones. Al darte sentido de valor propio, las perogrulladas son los dichos, discursos inspiradores o sabiduría aceptada que no combina contigo en general. Si bien una podría realmente adherirse a la imaginación o a todo el discurso interior de una persona, a ti quizá te parezca sin sentido. No es necesario ser despectivo con la persona a la que le viene de maravilla, pero igualmente no necesitas adoptar perogrulladas que no tengan nada que ver contigo. Busca tus propios recursos de inspiración y vive con ellos.
  • La gente tiende a reinventarse a sí misma cada diez años. Así que no hay necesidad de destruirse a sí mismo por no ser la misma persona de hace diez años. En vez de ello, di: “gracias a Dios”, levántate y sigue adelante. Piensa en toda la sabiduría que has ganado en este tiempo y úsala.
  • Compara tu aprendizaje acerca de construir el valor propio con los demás. Enséñale a tus hijos con el ejemplo cómo vas a continuar aprendiendo a tener valor propio y a mejorarlo. Ayúdalos a aprender que nunca está mal reinventarse a sí mismo. Demuéstrales que el camino de la vida es algo que se trata de cultivar a tu mejor yo cada día, cada semana, cada año, aunque también se trata de escalar en la escala corporativa, comprar un nuevo coche y hacer victorias en el estatus social, pero nunca esto último es más importante que lo primero.
  • Todas las personas que conoces son muchas oportunidades abundantes. Interésate en los demás y procura pasar tiempo con ellos para aprender cosas nuevas. Nunca sabes lo que puedas descubrir y que pueda iluminarte como una forma de construir tu propio valor. También ayuda escuchar un rango amplio de gente para poder poner tus propios problemas de angustia en perspectiva.
  • Imponerte muchas tareas por hacer es abrumador y a medida que esa lista siga creciendo, disminuirá tu propio valor recordándote todo lo que no has hecho. Algunas veces, podría hacerte pensar falsamente que no puedes hacer cosas que sí puedes hacer. Toma respiros y reevalúa la dirección de tu vida en una base regular y realista.
Vía: Wikihow