Tony Melendez y la Resiliencia

La resiliencia es la capacidad de ciertos metales para resistir altas temperaturas y volver a su estado natural. El término, aplicado al ser humano, significa la facultad que tienen algunas personas de afrontar la adversidad, e incluso de salir fortalecidas y transformadas de ella. 
Hay personas que se agobian y sucumben ante cualquier problema, mientras otros asumen las dificultades, por graves que sean, como oportunidades para crecer y superarse. Como vivimos días muy dífíciles y muchos se angustian y deprimen, quiero traerles el ejemplo de Tony Meléndez con la esperanza de que su ejemplo nos fortalezca y llene de esperanza.
José Antonio Meléndez nació el 9 de enero de 1962 en Rivas, Nicaragua. Nació sin brazos y con el pie izquierdo torcido, debido a la “talidomida”, una medicina que le recetaron a su madre para combatir la náusea. 
Cuando Tony tenía un año, y gracias a que su abuelo se sacó la lotería, la familia se trasladó a California con la idea de operar y corregir el pie izquierdo de Tony y también de ponerle unas prótesis en los brazos. Desde entonces, la familia vive en Los Ángeles. En la actualidad, Tony está casado con Lynn Ann Zechman y adoptaron dos niños, Andrés y Maritza.
La música siempre fue parte de la familia de Tony: su mamá toca el piano y su papá la guitarra. Tony se quedaba mirando embelesado cómo su padre tocaba la guitarra y deseaba ardientemente tocarla ¡Pero cómo, si no tenía brazos! 

Hasta que un día su papá le dijo: “Anda a lavarte los pies que vas a tocar la guitarra con ellos”. Así empezó y tras muchas horas de práctica (seis o más al día) logró Tony que la guitarra empezara a sonar bonito, pues “al comienzo no era música, era bulla lo que yo hacía”.
Para ayudar a su familia, Tony se puso a cantar en una esquina de “Laguna Beach”, en la costa de California. Muchos se quedaban a verle y escucharle, y aunque conseguía dinero, Tony sentía pena de cantar allí. Hasta que, un día, recibió la invitación para cantarle a su Santidad Juan Pablo II en su visita a Los Ángeles. 
El 15 de septiembre de 1987, Tony cantó al Papa la canción “Never be the same” (“No ser ya nunca el mismo”) y este hecho cambió la vida de Tony. Después de su canción, el Papa se acercó a él, lo abrazó y dijo emocionado para que todos lo oyeran: “Tony, Tony, eres verdaderamente un valiente. Nos estás dando esperanza y mi deseo es que continúes dándola a todo el mundo”.
Tony asumió estas palabras como una orden divina. En adelante, iría por el mundo testimoniando su fe y sembrando esperanza y amor: “Dios es para mí algo muy especial –dice Tony-. Dios me ha dado fuerza, me ha dado una familia, me ha dado la música.  Me gusta cantar para Él, pues me dio la vida y me dio su amor y yo siento que todos tenemos que hacer el esfuerzo de darle algo bueno, porque Él es amor”.

Vía: Antonioperezesclarin